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Miradas de plástico Old

Catayssha camina por “El suspiro” preguntándose cómo ha llegado a prostituirse. Rebecca y su esclavo andan cerca.

El espectáculo va a comenzar y Catayssha decide interrumpir su baile erótico para decirle a sus clientes crudas verdades. Toca pararse en seco, toca escuchar a la que no existe, y ella lo hace desde el orgullo y el pedestal al que nunca se ha subido. Mira a esos señores desde el altar que su dolor ha construido, intentando no caer al vacío.

Miradas de plástico nace de la necesidad de gritar la soledad y las ansias de libertad. El texto se presenta como la negación ante la confluencia del mundo; regido por un dinero sucio, que se materializa en escena a través del plástico, el látex, el rojo y la aparente rigidez inhumana de la protagonista. Así, el público hiela y se incomoda al escuchar que «el ser humano ha muerto y camina sonámbulo por el mundo».

Este personaje habla de la responsabilidad del dolor ajeno, de lo sanguinario del sexo comprado, de la burbuja occidental, del escaparate de ilusiones y del sistema piramidal que la tiene presa entre esas paredes.

FICHA ARTÍSTICA

Dirección 

Amaia Azkue

Texto

Javier de Luis

Reparto

Javier de Luis

Cristina Masoni

Cësar Von Rom

Voz en off

Natalia Calderón

Escenografía y vestuario

Adina Ghebosu

Producción

Arantza Lozada

TRAYECTORIA

– Estrenada en enero 2020 en la sala OFF Latina, Madrid

– Programada en enero 2021 en la sala Tarambana, Madrid

PREMIOS, PRENSA Y CRÍTICAS

– Premio Buero de Teatro Joven 2020 a la Mejor Interpretación Masculina para Javier de Luis
– Reseña de Javier García-Mauriño, autor y director de escena (Premio Lope de Vega de Teatro):

La primera sensación que me causó es la de ser una pieza verdaderamente demoledora, en la que se entra a saco en la condición humana, que queda muy mal parada, y todo ese mundo de miseria, mezquindad, tristeza y angustia se personifica en Catayssha, obligada a vivir de la prostitución y sumida en un permanente anhelo de búsqueda del amor que solo llega a alcanzar en su imaginación. 

Un texto brutal con sorprendentes toques poéticos. El espectáculo no deja de ser sorprendente, pues es la antítesis de lo que sería la actuación de un travesti.

Esa circunstancia le da a la obra y su puesta en escena, otra dimensión, según mi parecer, de gran relevancia, por la invitación que supone a la reflexión. 

En suma, una obra que supone toda una innovación por su contenido y forma de presentarse.

La interpretación de Javier de Luis es magnífica, llena de fuerza y expresividad, intensa y muy entregada. Se mueve con gran soltura dando presencia a un personaje que requiere tener muchas tablas y preparación física, pues la expresión corporal es esencial dadas sus características. Me ha llamado mucho la atención el juego de los silencios y

cómo los maneja, obligando al público a escucharlos, sin temor a la incomodad que siempre crean, lo cual, además, contribuye a la creación de ese clima de agobio y angustia que están presentes en todo momento. Ese final, es todo un canto a la esperanza.

El texto es espléndido, y la interpretación, soberbia, hacen presagiar la aparición de un gran autor y una figura de la interpretación en la misma persona.

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